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About: Qué es la negligencia médica? En un principio se pensaba que el médico era un profesional establecido en su campo, cuyas decisiones eran incuestionables; hoy en día ya no es así, la desconfianza en esta profesión dictada por los episodios de noticias de alto perfil y una pizca de conocimiento ha llevado a un cambio radical en la visión de la profesión médica. Cada vez se habla más de la medicina defensiva. Dado el abuso de la protección judicial de nuestros días, los médicos han optado por protegerse al máximo prescribiendo, además de los exámenes necesarios, también otras investigaciones, aunque siempre coherentes pero no dirigidas tanto a la "solución del problema" como a evitar prestar su apoyo a reclamaciones de indemnización infundadas. Esto, por un lado, pesa en el presupuesto de gastos públicos y, por otro, no siempre es rentable para la salud del paciente y, finalmente, atasca aún más la maquinaria judicial de nuestro país. Esto ha sido observado por el legislador que, primero con la Ley Balduzzi y luego con la "definitiva" Ley Gelli-Bianco, ha tratado de poner freno a los procesos penales que ven a un médico en el banquillo de los acusados, conciliando con la "necesidad" del ciudadano de recibir una compensación económica por el daño sufrido (excluyendo la actividad puramente diagnóstica, la actividad del médico siempre implica una lesión física). 1. Significado del término Mala Praxis Médica Comencemos por aclarar el significado del término "negligencia médica": es un término anglosajón que simplemente traduce nuestra "negligencia". Para ser más claros, podemos decir que nos encontramos ante un caso de mala praxis cada vez que nos enfrentamos a una persona que utiliza un servicio médico (tratamiento) y a un proveedor (médico, hospital) que, por diversas razones, no respeta las directrices y causa daños al solicitante (lamentablemente también la muerte). De hecho, las causas de la mala praxis en la atención sanitaria pueden atribuirse a..: deficiencias estructurales. omitido o mal diagnosticado. errores prácticos en las operaciones o el tratamiento. En el primer caso, se habla de competencia inadecuada, por lo tanto una estructura deficiente, instrumentación deficiente o ineficiente, personal deficiente. En el segundo caso, en cambio, se habla de un error médico, por lo tanto de un diagnóstico erróneo, no conforme al caso, precipitado, sin investigaciones adecuadas, tardío. En el tercer caso nos referimos a los tratamientos que empeoran la situación del paciente, a veces de forma irreversible, como por ejemplo cuando se opera una extremidad en lugar de otra. Además, es necesario distinguir, cuando se actúa como médico, entre la violación del consentimiento y los daños personales resultantes de una intervención. Esta bipartición es útil para escanear los dos macro momentos de actividad médica: la primera parte en la que el paciente recibe información completa sobre el diagnóstico, el pronóstico, el tratamiento, las consecuencias de una intervención, etc; la segunda parte es la de la actividad real con la que el médico se ocupa materialmente de la salud del paciente y que a menudo entra en el ámbito de la mala práctica médica. Para que conste, podríamos decir que fue una práctica judicial pedir una indemnización por los daños sufridos y si esto no pudo conducir a lo que se esperaba que fuera la violación del consentimiento. En nuestro debate nos centraremos en lo que pueden ser los casos macroscópicos de locura por culpa del médico, sin entrar en los meandros de la medicina; por lo tanto, analizaremos tanto la responsabilidad del médico como la de la estructura sanitaria pública o privada, especialmente a la luz de las dos innovaciones legislativas de 2012 y 2017.